Beatriz Pereyra
La Liga Mexicana de Beisbol (LMB) está otra vez en el corazón de la polémica tras el anuncio de que los juegos de los martes y miércoles de la temporada 2022, que arrancó el jueves 21, durarán siete y no nueve entradas, en un intento por hacerlos más competitivos, llevar más gente a los estadios y mejorar los ratings de televisión.
Si se logran esos objetivos, no se descarta la posibilidad de que de forma definitiva todos los juegos del beisbol de la liga de verano –y de la nueva Liga Invernal que a partir de este año la LMB echará a andar– sean únicamente de siete episodios.
Asimismo, la LMB implementará desde esta campaña el uso de cronómetros en los estadios (progresivamente durante los meses de mayo y junio) para reducir el tiempo que les toma a los lanzadores de relevo calentar el brazo, así como los segundos –y el número de veces– que utilizan los managers y los coaches para las visitas al montículo.
El reto es reducir la duración de los juegos de siete entradas a máximo dos horas y media, y los de nueve, a tres, puesto que el actual promedio de duración, tres horas con 26 minutos, ya es insostenible, tanto en los estadios como en las transmisiones. Al menos 70% de los encuentros tienen que durar menos de tres horas.
El anuncio de la LMB, el miércoles 6 de abril, dos semanas antes del inicio de la temporada, tomó fuera de base a los peloteros y fanáticos, quienes en las redes sociales mostraron su inconformidad, sobre todo porque consideran que la medida atenta “contra la esencia del juego” y alterará las estadísticas.
En entrevista con Proceso, el presidente de la LMB, Horacio de la Vega Flores, aclara que esta decisión no es una propuesta de las cadenas de televisión, sino “un experimento controlado” que quieren llevar a cabo los dueños de los 18 clubes de la LMB por dos razones: que el beisbol esté permanentemente en la televisión, abierta y restringida, y llegar a audiencias nuevas y más jóvenes para evitar que este deporte se quede sin aficionados.
“No es una exigencia de las televisoras. Sé que se manejó que nos lo están imponiendo. Analizamos lo que tiene el beisbol hoy y acordamos que queremos un producto más ágil y atractivo para las nuevas audiencias. Es una decisión radical, polémica, pero si ves las estadísticas de Estados Unidos, sus audiencias han venido a la baja desde hace años. El promedio de edad de sus aficionados es de 65 años. En México estamos mejor, entre 35 y 45 años, pero debemos jalar audiencias jóvenes que disfruten el beisbol de otra manera.
“Sí tuvimos una comunicación directa con las televisoras porque queríamos saber su opinión. Lo vieron como algo positivo. Es una jugada arriesgada, pero sucede que los juegos, en lugar de acabar a las 10 de la noche, se van a las 11 y hay que cortarlos. Claramente a la televisión le ayuda en su parrilla: es mucho más fácil programar un juego de dos horas y cuarto o dos horas y media, que uno que dura tres horas o ve tú a saber a qué hora va a acabar. En Grandes Ligas han implantado muchas medidas y de todas maneras el año pasado tuvieron tres horas 10 minutos de tiempo promedio, es decir, cinco minutos más que en 2020”, explica De la Vega.
La esencia no se quita
–¿El aficionado que siempre ha sido leal al beisbol debe entender que si no se toman estas medidas radicales este deporte se va a morir?
–No sé si va a morir, pero tenemos que pensar en modelos que hagan que el beisbol sea más atractivo. Vamos a hacer este ejercicio controlado, y si no funciona, regresamos a las nueve entradas. Necesitamos un producto más asequible para la gente que le quiere entrar el beisbol y entenderlo. No te lo pondría como cambiar o morir, pero alguien tenía que hacer los cambios en este deporte que requería de cirugía mayor.
De acuerdo con los registros de asistencia de la LMB, martes y miércoles son los días en los que a los aficionados le cuesta más ir a un juego de beisbol. Reducir los juegos a siete entradas y que, además, arranquen a las 19:30 horas, según los cálculos, ayudará a que después de trabajar vayan al estadio y a que no tengan que desvelarse con juegos largos.
Por otro lado, los juegos a siete entradas son más competitivos: en 2021, todos los que se disputaron en la Copa Mundial Sub-23 de la Confederación Mundial de Beisbol y Softbol (WBSC), que se realizó en Ciudad Obregón y Hermosillo, fueron programados a siete entradas.
El 56% (28 de 50) fueron categorizados como “altamente competitivos” (menos de tres carreras de diferencia en la pizarra final). Esto representó un aumento considerable, en comparación con la edición 2016 del mismo torneo, cuyos juegos fueron a nueve entradas con un porcentaje de juegos altamente competitivos de 24% (12 de 50).
“Reconozco que para todos los aficionados de hueso colorado es un trago amargo y que están diciendo: ‘No nos quiten la esencia del beisbol’ –puntualiza el entrevistado–. Pero la esencia no se quita. Te doy datos puntuales: en 2021, 10% de los 650 juegos de la temporada regular fueron suspendidos por lluvia y reprogramados a siete entradas. Los juegos de siete entradas ya son algo que ocurre desde 1980. No habrá cambios significativos en las estadísticas”, insiste el directivo.
–Entonces, otra vez, ¿si el beisbol se mantiene como nació, se va a morir?
–Yo así lo veo. De eso estoy convencido. Todos con los que he platicado eso dicen: la Major League Baseball, la WBSC, otras ligas. Si el beisbol sigue con ese tiempo de juego, es un deporte que no tiene futuro en la televisión. No quiere decir que no sea un deporte muy atractivo en su sitio de experiencia (los estadios), pero las televisoras cada vez tienen contenidos más cortos. El consumo se va transformando y ha migrado a la parte de productos digitales.
“Tenemos que partir de que el beisbol es un producto que debe ser un negocio para que subsista. Todos los deportes han cambiado de alguna forma para adaptarse a la televisión, y quien no tenga esa lógica no está pensando en el deporte como negocio. Tenemos que evolucionar y migrar hacia otro tipo de producto.
“Para que el beisbol crezca se tiene que ver en la televisión, y lo tienen que ver tanto los aficionados de hueso colorado como los que no lo son de hueso colorado.”
La importancia de que el beisbol esté en las pantallas de todas las televisoras y además en las nuevas plataformas digitales para que los juegos se consuman a través de los dispositivos móviles, se relaciona con las ganancias que en ese rubro la LMB prevé obtener entre 2021 y 2022: en promedio 800% más en relación con el periodo 2018-2019.
“Definitivamente, es nuestra principal fuente de ingresos”, sentencia De la Vega, aunque se reserva el monto preciso de los ingresos.
La LMB, dice, pasó de casi regalar las transmisiones de sus juegos a tener contratos multianuales con Fox Sports (se unió para esta temporada con ocho juegos a la semana, cuatro en sus canales y otros tantos en la nueva plataforma Fox Premium), ESPN (también en Star+), Claro Sports (dos años), TUDN (también en la plataforma ViX), Azteca Digital (dos años) y Canal Once (tres años que pagará a través de intercambios por tratarse de una televisora pública).
Este año, por la temporada regular y los playoffs se transmitirán alrededor de 920 juegos. Si se consideran los entre 150 o 200 de la Liga Invernal (que competirá directamente con la Liga Mexicana del Pacífico, que se transmite en exclusiva por Sky), la LMB producirá más de mil juegos de beisbol en 2022, que se traducen en entre 2 mil 800 y 3 mil horas y rebasan por mucho las casi 700 horas de partidos de futbol al año.
“Esta temporada va a ser la de mayor difusión en la historia del beisbol mexicano”, destaca De la Vega.